Esta idea surge con la intención de crear un espacio en el que mi dimensión interior sea capaz de materializarse y, como consiguiente, visibilizarse. No pretende basarse es una estructura fija ni en un tema concreto, sino permanecer en continuo cambio y evolución.
Durante unos segundos me reconocí, y fui consciente de que ya estaba allí. No sabía desde cuándo. Puede que acabara de llegar o que hiciera tiempo que le estaba dando vueltas a la misma parte del camino.
Un mundo construido a base de pedacitos de mentira. Un mundo, todo lleno de personas de acero inoxidable. Un mundo que no es un mundo, que es un engaño a prueba de hipócritas. Un mundo del que huiré para ver lo que hay detrás de las pantallas.
Es como buscar tus ojos en una piscina de bolas: tan improbable encontrarlos como que se dejen descubrir. Es convertirlo todo en metáfora para hacer bello el constante pitido de oídos, el mal sabor de boca que deja el epílogo.
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